miércoles, 15 de abril de 2020

Rei Momo

Hubo un tiempo en que salir un jueves, muy tarde, no era un real sacrificio. Solamente un detalle. Con mi bella amiga Yoko y el pelo lacio a full partimos a Plataforma, un boliche extremadamente moderno para ese agosto de 1994. Tan moderno, que el mismo David Byrne osó compararlo con algún escenario habitado durante el estallido de los Talking Heads en Nueva York. Y allí estaba él, cantando su Rei Momo (que nos habíamos hartado de bailar y pasar a casete para escucharlo en el 147) y a unos metros estábamos las dos, disfrutando, viviendo ese universo de 1000 cordobeses dichosos. 
Dichoso también el Juki que no dejó de hacernos chistes y robarnos comentarios surrealistas para su programa en la X FM que funcionaba allí mismo en el piso superior de la disco. Dicen que David Byrne recorrió la famosa Cañada cordobesa a bordo de una bicicleta entre bocinazos y a la sombra de las tipas. Años más tarde escrbió Diarios de bicicleta, donde cuenta las posibilidades y las imposibilidades de circular sobre dos ruedas en distintas ciudades del mundo. 
Rei Momo es una maravilla conceptual que reúne voces y ritmos latinos. Luego de ser el gran referente post punk y del new wave, Byrne aparece con un disco solista que nos fascinaba danzar. 
Testimonio extra: la entrada. Aclaración válida par fundamentalistas: En el 94 ya habia editado otros discos solistas pero la mayor parte de su recital estuvo impregnada de Rei Momo. 

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